La Flor de lis ha sido un símbolo de los Colegios C.C.V.I. desde su fundación en México. Este símbolo nos recuerda los orígenes de la Congregación.
Las primeras Hermanas se formaron en Francia y trajeron con ellas tradiciones y costumbres. En Francia, la flor de lis es una señal de la elección de Dios y nos recuerda que Él escoge a su pueblo y lo bendice en sus esfuerzos.
Esperamos que la flor de lis te recuerde que tenemos una larga historia y que somos elegidos por Dios para llevar a cabo su misión.
Rojo: El Amor Misericordioso que, a ejemplo de Jesús, estamos invitados a vivir.
Blanco: La Divinidad de Jesús y la invitación a vivir como hijos de Dios, en actitud de escucha a su voluntad y de alegría y generosidad en el servicio a nuestros hermanos.
Ha sido costumbre en la Congregación saludarse alabando al Verbo Encarnado, Señor de nuestras vidas.
Por eso en el colegio nos saludamos con la siguiente Jaculatoria:
Alabado sea el Verbo Encarnado,
Para siempre, Amén
El latín ha sido por muchos siglos el idioma oficial de la Iglesia católica, por eso la Congregación utiliza algunas abreviaturas:
L Laudetur Alabado sea
V Verbum el Verbo
I Incarnatum Encarnado
C Congregatio Sororum Congregación de las Hermanas
C Caritatis de la Caridad
V Verbo del Verbo
I Incarnato Encarnado
El Ángelus es una oración que se ha rezado en la Iglesia por más de 1000 años.
En muchas partes del mundo los cristianos lo rezamos a las 12:00 horas, para que nunca se nos olvide que nuestro Padre Dios envió a su Hijo Jesús, para salvarnos y llevarnos a la plenitud de la vida. Por esta oración pedimos a la Santísima Virgen María, nos alcance la gracia de siempre estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios.
El Ángel del Señor Anunció a María
Y concibió por obra del Espíritu Santo
Dios te Salve María ...
He aquí la esclava del Señor
Hágase en mí según tu Palabra
Dios te Salve María ...
Y el Verbo se hizo Carne
Y habitó entre nosotros
Dios te Salve María...
Ruega por nosotros santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos
Rogámoste, Señor, derrames tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por la voz del ángel la Encarnación de tu Hijo, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, lleguemos a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Somos hijos del Verbo Encarnado
hay acaso nobleza mayor,
invoquemos su nombre sagrado
y entonemos un himno en su honor y entonemos un himno en su honor.
Verbo Eterno, tus hijos amantes
a Ti claman con férvido anhelo
y elevan los ojos al cielo
esperando les muestres tu faz.
Sus plegarias acoge benigno
a sus ruegos inclina tu frente
y de gracia copioso torrente
en sus almas derrama Oh Señor.
Somos hijos del Verbo Encarnado…
Corazones a Ti consagrados
y que tienen por único anhelo
extender Tu reinado en el suelo
que por patria les diste, Señor.
Son Oh Cristo las huestes triunfantes
que a tu nombre su vida ofrendaron
y en la lucha gloriosa clamaron:
¡Gloria, gloria para Ti, Rey inmortal.
Somos hijos del Verbo Encarnado…